Es Embajador itinerante para temas estratégicos de
Ecuador. El viernes 8 de mayo, estuvo en la Universidad
Federal de Integración Latinoamericana, ubicada en Foz de Yguazú (Brasil),
fortaleciendo una red de universidades para enfocar la mirada hacia las
tendencias de transformación política, económica, social y cultural, que se
están dando en los países de América Latina.
Ramón Torres Galarza es Doctor en Jurisprudencia por la
Universidad Internacional del Ecuador, con maestrías y diplomados en Derechos
Humanos, Gerencia Política, Estudios de África e Investigación. Se desempeñó como Delegado Presidencial del
Ecuador para UNASUR y ejerció otros cargos diplomáticos importantes. En
una reunión con autoridades, docentes y estudiantes de UNILA habló de la
importancia de generar liderazgos integradores en América Latina, resignificar
la democracia y la revolución, poner en diálogo estos conceptos que se han
negado mutuamente a lo largo de la historia.
En esta
entrevista, comparte el objetivo de su visita a la triple frontera, valora este
territorio y el simbolismo que carga la UNILA desde su creación, como un
espacio para la integración latinamericana. Presentó el Programa Democracias en Revolución y
Revoluciones en Democracia, que dirige en el Instituto de Altos Estudios
Nacionales de Ecuador y del cual UNILA ya forma parte.
¿Cómo nace el Instituto de Altos Estudios Nacionales?
Comentó usted durante su charla que antes tenía una función militar y ahora han
redireccionado su visión…
El
Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador en este momento, en el
Gobierno de la Revolución Ciudadana, es un instituto que forma cuadros de
talento humano para la administración y gerencia del Estado, para la
administración y gerencia del interés público en el Estado, para que desarrollen
capacidades de administración y gestión sobre la cosa pública con altos niveles
de eficiencia para lograr una formación de alto nivel, posgrados, maestrías y
doctorados que permitan mejorar la calidad en la administración pública. En ese
sentido, el Instituto supera una vieja vinculación institucional sólo con las
fuerzas armadas, para cumplir objetivos de seguridad nacional y defensa.
Foto: Portal ABC de España. |
¿Y cómo surge el programa Democracias en Revolución-Revoluciones en Democracia?
Esa es una
propuesta que yo formulo como embajador itinerante del Ecuador para temas
estratégicos, para que el Instituto de Altos Estudios Nacionales, el Instituto
para la Democracia y FLACSO Ecuador incorporen este programa y
propongan/propongamos, a un conjunto, a una red de universidades, de las más
prestigiosas de Ecuador, Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay, una
primera caracterización, un primer esfuerzo para mirar cuáles son las
tendencias de transformación política, económica, social, cultural, que existen
en estos países de América Latina, en este momento. Buscamos enfrentar matrices ideológicas,
políticas, académicas y mediáticas que califican o descalifican nuestros
procesos sin comprender su singularidad, sin comprender sus especificidades.
En ese sentido es muy importante que desarrollemos en la región, en
nuestras universidades, capacidades propias de pensamiento, de epistemología,
para resignificar nuestros procesos, y lo hacemos a partir de una red de
universidades donde están algunas de las mejores de estos seis países, y
tenemos como organizaciones regionales, miembros del programa a CLACSO, la
FLACSO, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos y el Centro
Nacional de Estudios Superiores para la Comunicación en América Latina, porque
precisamente con ellos nos interesa pensar el tema de enfrentar matrices
mediáticas.
Tenemos un
Consejo Consultivo donde están parte de los más importantes pensadores
latinoamericanos, y estamos estos días en Brasil consolidando una red de
universidades de las más importantes del Brasil, y estamos precisamente en
UNILA, porque fue durante el Gobierno de Lula la creación de la Universidad de
la Integración Latinoamericana, porque es la universidad que no solamente tiene
un valor simbólico, sino que se encuentra en un lugar donde confluyen culturas,
donde confluye y se articula una biodiversidad maravillosa, es triple frontera
de países y hay un multiculturalismo entre Paraguay, Argentina y Brasil, que
debemos observar, que debemos aprender, creo que Foz, creo que la Unila, son un
espacio, un punto de aprendizaje sobre interculturalidad e integración
latinoamericana, que todos los latinoamericanos deberíamos venir a aprender y
ver. Por eso es grato conversar con una estudiante paraguaya, en la UNILA,
sobre los temas de integración. Decirte que Paraguay constituye para
nosotros, para la reflexión de Democracias en Revolución,
una importante
experiencia de aprendizaje. Tú sabes que en Paraguay se dieron las
condiciones para en primer lugar, generar una matriz mediática, que generó
condiciones para un golpe certero de Estado, un golpe que permitió que las
condiciones de Paraguay en la defensa de la democracia paraguaya, haga que
nuestros cancilleres, nuestros presidentes latinoamericanos, la UNASUR, el ALBA,
apoyen al proceso paraguayo para que sea el pueblo paraguayo y sus
instituciones las que resuelvan con más democracia, esos aspectos. Por eso es
importante comprender, que hoy América Latina vive un momento, un tiempo en que
debemos desarrollarnos en paz y en democracia, no debemos admitir injerencias,
no debemos dar posibilidad a golpes fallidos o certeros de Estado, debemos dar
continuidad a que la garantía de la democracia permita vivir mejor a la gente,
que la democracia sirva para mejorar condiciones de empleo, ese es el valor de
la democracia, esa es la calidad de la democracia que necesitamos. Estamos
seguros y confiamos que el pueblo paraguayo va a encontrar ese camino en
democracia.
¿Cómo ve Ecuador al Paraguay? |
Revolución y democracia, dos conceptos que muchas
veces se contraponen o se niegan entre sí, ¿por qué eligieron esa denominación
para el programa?
Porque los
procesos de transformación política en América Latina en este momento buscan
transformar, buscan resignificar, buscan ampliar, mejorar en forma y en
contenido la democracia, no podemos pensar que los ciudadanos latinoamericanos vivimos en
democracia porque solamente se reconocen nuestros derechos civiles o
nuestros derechos políticos. Un
ciudadano que no pueda ejercer derechos económicos, un ciudadano que no pueda
tener trabajo, vida digna, empleo, educación, salud, vivienda, ¿en qué
democracia puede vivir? Solamente acude a las direcciones y malvive o sobrevive
una democracia que no representa los intereses más fundamentales de sus
ciudadanos. Una democracia que se ampara solamente en las formas, una
democracia que sólo cree que es tal cuando convoca a elecciones, entonces, las
transformaciones revolucionarias, las rupturas revolucionarias, las
transformaciones que son rápidas profundas y radicales, son transformaciones
que no tienen que ver sólo con el socialismo o por la vía armada, porque
precisamente los procesos de transformación revolucionaria en América Latina,
tienen que jugar en el marco, en la cancha, en el juego de la democracia, porque
se legitiman electoralmente y porque debemos desechar la idea de vía armada, de
hegemonía, de pensamiento único. Debemos desarrollar una democratización de la
revolución, para que este encuentro que es mutuo, que es dialécticamente
importante entre democracia y revolución, como dos malas palabras que se
generaban, era malo hablar de democracia para las izquierdas y era malo hablar
de revolución para las derechas. En ese sentido hay entonces una mutua condicionalidad
que es de fundamental importancia. América Latina vive un momento excepcional. Sin
embargo, aún en los limites económicos, América Latina ha logrado distribuir su
riqueza, ha enfrentado procesos de crecimiento, ha hecho la mayor inversión jamás
registrada en la historia contemporánea latinamericana en favor de los pobres,
se han generado procesos de inclusión. Vivimos un tiempo en que América Latina
está demostrando a la humanidad que podemos vivir en paz y en democracia, que
podemos crecer económicamente, que respetamos a la Pacha Mama, a la madre
naturaleza, en ese sentido podemos ser una alternativa ante la crisis del capital y del capitalismo, podemos ser
una solución a los seres humanos y a la naturaleza y podemos ser una solución
económica que no sólo piense en el mercado, sino en los seres humanos y en la
naturaleza.
¿Cómo defender ese proceso que vive Latinoamérica,
ante -lo que usted también mencionaba- el ataque mediático? Hay toda una
construcción de un discurso que tiende a tildar a los gobiernos progresistas de
autoritarios, incluso de dictaduras…
Hay una
matriz mediática que se piensa, distribuye, se inocula, se establece en toda
América Latina, que reproduce el mismo discurso, la misma forma, el mismo
contenido, los mismos adjetivos. Esa
matriz mediática está pensada para caotizar, generar una matriz
psicológica de miedo, desestabilizar, generar condiciones favorables para
intentos fallidos o efectivos de golpe y fundamentalmente está especializada
para identificar nuestras dificultades y esta especializada para ocultar
nuestros logros en democracia. Esa característica de esa matriz es permanente,
es de todos los días y se financia en algunos casos, por corporaciones o
empresas. Ciertos medios de comunicación representan, no el interés público, sino
el interés de las corporaciones y empresas que los financian. Un medio
debe ser la intermediación adecuada
entre el Estado y la sociedad, para informar y comunicar verazmente aquello que
permite formar opinión pública. Pero lo que está sucediendo es que no forman
opinión pública sino desarollan un tipo de matriz ideológica- política a través
de los medios, que son contrarios a nuestros gobiernos, que los
adjetivan y tildan de –como tú decías- dictaduras, autoritarismos,
prepotencias, socialismo, comunismo… cuando nuestras democracias nada tienen
que ver con eso. Entonces debemos enfrentar esa matriz mediática con
una democratización de medios, con una radical postura ciudadana para
criticar esos medios y con el desarrollo de capacidades de comunicación popular
y democrática en América Latina.
La conversación con el diplomático ecuatoriano invita a pensar Latinoamérica desde adentro y gestar otras realidades posibles, descontruyendo las tradicionales concepciones de revolución y democracia.
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