Ray
Armele, cineasta, comunicador, docente, tiene estudios realizados en Artes
Plásticas, Publicidad, Ciencias de la Comunicación, Locución Periodística y
Pedagogía de la Educación Superior. Ha cursado Seminarios de Producción
Cinematográfica y Televisiva, así como Talleres de Periodismo y Tecnologías de
Video y TV en la SFP de París, la BBC y TV AM de Londres y RTVE de Madrid.
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Ray Armele, cineasta paraguayo.
Foto: Manuel López Machuca. |
Ha realizado cortometrajes y largometrajes
obteniendo premios nacionales e internacionales, ha dirigido programas de
televisión y en diarios y revistas, ha publicado como
comentarista de cine y teatro. Es socio fundador y primer presidente de la
OPRAP, Organización de Profesionales del Audiovisual Paraguayo, e integrante de
la Cámara de Empresas Productoras de Cine y TV.
Estuvo el 31 de enero pasado en Ciudad del Este, dictando un curso para
escribir guión de cine, en el Hotel Amares, invitado por una joven productora,
Patricia Silva. Máxima Expresión aprovechó su presencia para la entrevista que
compartimos a continuación, como un seguimiento a la temática cine en Paraguay.
¿En qué nivel estamos hoy en terminos de producción
audiovisual en Paraguay?
Hay un paso bastante importante y que se refleja justamente en lo que yo
decía en una entrevista que aparece en un documental, donde me preguntaban
justamente cual era mi opinión, o como yo clasificaria al cine paraguayo. Y en
aquel momento yo le di una denominación, que era el cine “muã”.. que es la luciérnaga, que es intermitente, no tiene continuidad. Esa
fue una apreciación y que le dio título a este documental que hizo Miguel
López. Y quedó… porque eso es lo que yo veía en ese momento. Hoy creo que se
nota una evolución bastante importante. Quizá no estamos todavía a nivel
óptimo, pero si creo que hemos dejado esa intermitencia. Hay una mayor continuidad,
se habla que en 2015 va haber una cantidad importante de largometrajes que se
exhibirán en salas de cine y otras que están en proceso. Hay un salto
cuantitativo, lo importante es también que se dé un salto cualitativo. Pero
ayuda, porque cuando hay mayor cantidad, hay más posiblidad de que hayan
películas buenas. De diez, por lo menos una o dos pueden ser buenas, antes
teníamos muy poco y no se podía dar esa proporción. Entonces es como para ser
muy optimistas.
Siempre se habla que en Paraguay es difícil hacer
cine, porque es difícil conseguir recursos y gente que sepa hacer cine…
No más que en otros países…
¿No más que en otros países?
En todos los países también el principio de cualquier actividad siempre
es complicado. Siempre exige mucho.
¿Qué es necesario para potenciar el cine en Paraguay?
Por ejemplo, en Alto Paraná, hablando por ejemplo de un desarrollo regional del
séptimo arte…
Hay un conjunto de actividades o de acciones, que tienen que ver con la
formación, que es fundamental. Hay que tratar que la gente se capacite, que no
haga simplemente las cosas por hacer sino que entienda por qué se está haciendo
de una determinada manera.
Y teniendo en cuenta que en Alto Paraná no hay
universidades con la carrera de cine, ¿como lograr esa formación?
Hay que ver qué es lo que hay y como se puede complementar. Si no hay
carreras de audiovisual, entonces ver si dentro de las carreras de
comunicación, se pueden incorporar talleres. Importante atraer a profesores que
puedan hablar de su experiencia y que puedan traer material didáctico, porque
de cine hay muchos libros y documentales, materiales didácticos que pueden ser
útiles, hay que ver muchas películas, muchos cortos. Y yo creo que es todo un
proceso, yo creo que la parte de formación es importante, pero la
profesionalización implica también crear todo un sistema de trabajo donde los
canales, las salas de cine, el público, los dirigentes sociales tengan una
cierta receptividad, así como la tienen hacia otras áreas económicas, como la
producción agrícola, ganadera, etc.
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Ray Armele dictando un curso sobre cine en Ciudad del Este.
Foto: Manuel López Machuca. |
¿Se puede ver también al cine como parte de la
economía?
De hecho el cine está dentro de lo que hoy se conoce como economía
naranja o economía creativa. Entonces en función a eso y al impulso que puede
dar a un grupo importante de gente que trabaja en las distintas áreas del
audiovisual, los dirigentes tienen que prestar atención a eso. Es una industria
que no contamina el ambiente, que no tiene efectos tóxicos como si lo tiene
cierta agricultura muy proclive a generar problemas de salud, como se está
revelando en este momento. Eso no pasa con el cine, da trabajo y ayuda a una
superación de gente de distintos niveles sociales y culturales, muy diversos,
incluso hay diversas actividades afines que no son directamente artísticas como
el catering, transporte, alojamiento, hay muchísimas profesiones.
¿Entonces es todo un campo por explorar?
Cuando te decía que en otros países han tenido las mismas dificultades,
quizá lo que nosotros no tengamos es una suerte que tuvieron en Estados Unidos,
que el cine cayó en manos de gente muy peleadora como son los judíos. Los
empresarios judíos son los que desarrollaron el cine en los Estados Unidos, que
aprendieron a pelear contra esas dificultades. Tenían problemas de impuestos,
que se querían cobrar porque eran muy elevados. Entonces migran a California y
establecen Hollywood, negocian con los bancos y consiguen créditos blandos,
negocian con el Gobierno para hacer películas bélicas con soldados, etc.,
entonces el Gobierno les apoya, se abaratan costos en ese sentido. Y crean todo
un sistema de marketing, lo que significa el Star sistem, la promoción de las estrellas, toda una estructura que
floreció por ese trabajo empecinado, constante que impulsaron estos
empresarios.
¿En Paraguay hay organizaciones que aglutinan a
cineastas?
Obviamente hay varias, pero todavía no estamos trabajando a nivel
empresarial. Quizá ese es el pequeño problemita al cual nos enfrentamos. No
estamos trabajando como los productores de leche, de carne o de soja, que
pelean por conseguir apoyo gubernamental, de los congresistas, de la sociedad
en general para promover sus productos. Encontraron la manera de ofrecer su
producto al público en igualdad o mejores condiciones que los extranjeros.
Nosotros no podemos hacer eso, porque por ejemplo los cines están inundados de
películas norteamericanas, entonces nuestro producto no está en igualdad de
condiciones. Necesitamos apoyo gubernamental, de los exhibidores, de la prensa
para que nuestro producto esté en igualdad, ni siquiera pedimos más de lo que
los otros tienen, que son industrias más desarrolladas que la nuestra.
¿Hay alguna iniciativa que se haya presentado al
Gobierno?
Está la ley de cine, que se ha presentado.
¿En qué instancia está ahora ese proyecto legislativo?
Quedó en la Comisión de Cultura del Senado. No pasó. Tuvo bastante
resistencia, sobre todo de algunos sectores de la prensa que objetaban que era
una ley que creaba nuevos impuestos. Hay una tendencia a evitar. La mayoría de
los periodistas y algunos economistas recomiendan no crear nuevos impuestos,
porque se piensa que crecerá la burocracia estatal y que la economía va a
retroceder en vez de avanzar. Entonces esa es una contra que tenemos, pero las
dificultades están para ser enfrentadas.
Este tipo de cursos es una forma también de fomentar
la producción audiovisual, ¿esto
ayudaría a lograr estos factores que son necesarios para consolidar una
industria audiovisual?
Si. Es obvio que la capacidad de hacer algo es uno de los factores para
que ese algo tenga una demanda en el mercado. Es una forma de que haya gente
que se dedique al cultivo de una determinada producción. Pero tiene que haber
otras cosas. Sino nos pasará como los productores de sésamo que se quejan de
que sus productos se dejaron de comprar. Por suerte, en el exterior nuestra
producción cinematográfica está empezando a tener más aceptación, inclusive más
que acá. Acá lo triste y doloroso es que los canales de televisión no le dan
apoyo al cine paraguayo. Es decir los productores, Carlos Maneglia, Tana
Schémbori, que tanto éxito han tenido con 7 cajas, trabajan más en publicidad.
Han hecho un par de programas de televisión, pero no tienen una continuidad en
la televisión, como la mayoría de los colegas. Que nos manejamos más con
documentales o cortos publicitarios. Muy pocos son. La televisión genera
productos que van todos en la misma línea, un determinado tipo de
entretenimiento que siempre va para determinado tipo de público, no hay una
variedad, no hay ficción, no hay entretenimientos de otro tipo, no hay
programas infantiles, cosa que se evidenció con la muerte de Tito García, un
hombre que dentro de todo fue marginado por la televisión. Es decir, su
programa dejó de existir hace mucho. Tenía pequeñas participaciones en
programas, pero fue un talento desperdiciado. En cualquier otro país estaría
haciendo un programa diario, dentro de una franja infantil, un programa espectacular
para niños. Creo que tenemos talento en todas las áreas, guionistas,
directores, camarógrafos muy creativos, que no están siendo valorados porque se
da preferencia a determinados géneros, que creo le facilitan la tarea a los que
manejan la programación de los canales. Entonces no se da eso que ya aparece a
nivel regional, que uno ve en Argentina, en Brasil, en Europa, en Estados
Unidos, que los canales son socios de las grandes productoras cinematográficas.
Y de repente una película es el inicio de una serie, o una serie genera la
producción de una película, hay ese cruce que es muy productivo, muy
provechoso, incluso con el teatro que también vemos que directores de cine en
otros países, dirigen teatro también. Actores que actúan en televisión,
aparecen también en el cine. Hay ese cruce en distintias disciplinas, que hasta
ahora en Paraguay no se ve.
Lo destacado:
“Hay un salto cuantitativo, lo importante es también
que se dé un salto cualitativo”
“El cine está dentro de lo que hoy se conoce como
economía naranja o creativa (…) Los dirigentes tienen que prestar atención a
eso”
“Acá lo triste y doloroso es que los canales de
televisión no le dan apoyo al cine paraguayo”
*Entrevista publicada en el Periódico Máxima Expresión.